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Una señora de la empresa que trabaja en la oficina de Tokyo nos invitó a María y a mí a salir a comer con su familia.
La familia es allegada de María, la señora no podía ir porque tenía otro evento, así que salimos sólo con su familia.

Fue un plan divertido, una familia supremamente amable.

Nos encontramos en Yokohama. Caminamos hacia el lugar donde comeríamos.
Había una calle igualita a la 23 de Manizales.

Tienditas a ambos lados, cosas baratas y mucha gente caminando.

Llegamos a un lugar lleno de gente, hay que hacer reservación para poder conseguir mesa.
Es una cadena de restaurantes en Japón llamado "Kushiya", es un "all-you-can-eat", se pagan 1000 yenes por persona y uno tiene 90 minutos para comer todo lo que quiera! incluyendo bebidas sin alcohol, postres y helados de maquinita; además es un cook-it-yourself, uno llega a un salón donde hay comida en "pinchitos" pero cruda, y en la mesa hay un freidor donde uno prepara lo que quiere comer.

En el mismo lugar hay servicio de "all-you-can-drink" por 1500 yenes, en los mismos 90 minutos puede tomar la cantidad de alcohol que desee.

Pues este tipo de lugares son muy famosos en Japón.

Cada mesa tiene un platico con una mezcla de algo que no sé qué es, con la que se tempara "tempura" (es el apanado Japonés)

Es una locura, la gente come sin parar jijijijij, al final la gente compara la cantidad de palitos de los pinchos que se comió a ver cuál comió más.

Comí muchos champiñones y langostinos, al final cuando ya estaba llenísima el papá de la señora que nos invitó me llevó un pinchito que no se veía muy agradable y cuando lo probé era la cosa más deliciosa del mundo! era como una bola de queso, como un buñuelo jijijiji cómo no lo probé antes, me hubiera comido 400! Tenía un sabor muy Colombiano.

María y yo fuimos la que menos comimos, estos son los palitos de la mesa de nosotras 2.

Uno de los señores que iba con nosotras nos duplicó en cantidad de palitos y era el solo.

Caminamos por Yokohama un ratico y eso fue todo.

Fue un plan divertido, una familia muy agradable y acogedora, me hicieron sentir muy bien, era una familia grande como las Colombianas y la gente con muy buen sentido del humor.

Luego fui a tomarme un te con María a la estación de Yokohama, hablamos un rato, miramos almacenes hasta que nos cansamos de caminar en tacones jijiji.