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María y yo teníamos planes de ir al festival Kanamara en Kawasaki.

Este es el festival donde sacan un falo de 2mts de grande, lo adoran y lo llevan a un templo.
Es lleno de extranjeros extrañados de ver los japoneses recatados adorando un pene enorme, pero paral os japoneses tiene un significado diferente.
Ellos piden pertilidad. Años atrás las prostitutas de la zona pedían salud.

Bueno pues el plan del festival de Kawasaki se nos dañó porque la señora de la oficina de Tokyo nos volvió a invitar a salir con la familia, y no podíamos hacerle tremendo desplante a una familia que fue tan amable con nosotras.
El plan era caminar la ruta del río Ooka de Yokohama que está rodeado de Sakuras, no era mala idea, era el único fin de semana para ver sakuras totalmente florecidas.

Así que los planes cambiaron.
Salí de mi casa para la estación de Ebina pero algo cambió en esa ida...

Me arriesgué a ir en bicicleta.
Fue un tanto riesgoso, pero no para mí, sino para los peatones jijijijiji. Aún me cuesta manejar la dirección entonces necesito todo el andén para mí (las bicicletas en Japón transitan por los andenes, por eso no me preocupo por los carros).

La dejé parqueada cerca de la estación del tren, casi en el mismo lugar donde la encontré (basura), es viejita, nadie se la robaría, ni siquiera le tengo algo para amarrarla, nadie la mira siquiera.

Nos encontramos en la estación de Yokohama, María, el novio de María, la señora de la oficina de Tokyo, otro señor de la oficina de Tokyo y el papá de ella.

El papá es una ternura total, toma más fotos que yo y nos dio a María y a mi un paquetico con las fotos impresas del día que salimos a comer. Que detalle más hermoso.

Bueno pues resulta que esta familia ama caminar, y ese fue el plan, caminar y ver sakuras, sakuras y más sakuras.

El rió Ooka se veía hermoso con tantas flores a los lados.

Y al igual que en Kamakura la gente salió a beber y a comer al lado de las sakuras, en cualquier anden o donde fuera.

Yo había visto fotos de éste río con sakuras en internet y desde que las vi quise montarme en una lanchita y ver las flores desde allí, pero no sabía sí era posible, ni cuánto costaría. Pero esta familia es tan linda que pagaron una lanchita para nosotros!!! ay que emoción!

Era un recorrido corto que nos dejaría en el mismo lugar del que salimos, pero fue bastante divertido.





Me encontré una sakurita artificial en el suelo y me la puse en la oreja, la tuve todo el día hasta volver a mi casa, que linda es!

Después de ese buen plan seguimos caminando. Pasamos por un lugar donde estaban estos señores con traje de kendo, uno de ellos me entregó un shinai (el palito ese) y me dijo que le pegara al otro en la cabeza, yo no fui capaz, pero el tomó el shinai de nuevo y le dio un golpe súper fuerte al otro y me dijo que lo hiciera igual.
En 2 segundos ya había corrillo alrededor, veía gente tomándome fotos y lo único que se me ocurrió fue pedirle disculpas al señor y pegarle en la cabeza, me sentí tan mal de pegarle!! obvio que con ese casco no le duele, pero cuántos golpes habría recibido ese día? debía estar aturdido.

Pero al otro no le gustó mi golpe, dijo que debía ser mas fuerte, pues lo hice un poco más fuerte, me volví a disculpar y todo el mundo se rió, pero no fue divertido!!! pobre señor.

En fin, el plan no tuvo nada diferente a caminar, caminar y caminar, tomar fotos de las sakuras y seguir caminando. Más flores y más gente.



















Esta señora nos paró a hablarnos en español, estaba muy emocionada, no sé por qué sabía español pero nos pidió que nos tomáramos una foto con ellos.

María y yo estábamos un poco cansadas de caminar, además queríamos tener tiempo para disfrutar la vista tranquilas y sentadas así que pedimos un descanso.

Como es todo un festival, venden comida en la calle, se veía delicioso todo.

Nos sentamos al lado de esta vista tan hermosa.



Y me comí unas papas preparadas en mantequilla deliciosas a las que me invitó el papá de la señora de la oficina de Tokyo.

Después del descanso, lo mismo ...

Y es tan cierto que la gente se pone loca con las sakuras que miren lo que me encontré.

Un señor disfrazado de devilman que posó para mí.

Antes de llegar a la estación vi el árbol más grande de sakuras que vi en primavera! hermoso.

Al llegar a la estación descubrí que esa familia de verdad ama caminar! tanto así que tienen un contador de distancia recorrida. Y pues así terminó nuestro plan con ellos después de caminar 5kms.

María, el novio y yo nos fuimos para la estación de Yokohama a comer antes de volver a la casa a descansar.

Si alguien viene a Japón alguna vez por favor hágalo en la temporada de sakuras, tal vez para ustedes sea aburridor ver tantas fotos iguales, con las mismas florecitas, pero es todo un espectáculo! Además el ánimo de la gente es diferente, todos son fascinados con las flores, todos se vuelven fotógrafos.
Este fue el último día que vi árboles de sakura tan florecidos... quién sabe si alguna vez en la vida vuelva a tener esa oportunidad...