Nos dio antojo de sancocho, pero acá no venden carne, ni plátanos... ay! como extraño los platanitos.
Un plátano maduro con queso... queso!! waaaaaaaaaaaa! quiero queso!
El mundo sin queso es muy raro, acá no hay vaquitas, así que no hay queso.
Queso crema... ñam ñam.
Salimos de la oficina a buscar algún queso, el que se consigue en lonchitas parece plástico, encontramos uno que parecía "queso crema" y cada una compró uno.
De salida del lugar vi la súper variedad de habichuelas que hay en Japón.
Al llegar a la casa lo primero que hice fue destapar el queso y... oh sorpresa! no era queso crema... era como queso en grumitos. Pero la forma era lo de menos, lo importante era comer queso... comí una cucharadita y... ¿tengo gripa o qué?
No sabía a nada! a nada!
A los pocos minutos recibí un mensaje al celular, era María preguntándome si me había gustado el queso, que no le sabía a nada! jijijijij
Así es, compramos un queso y como los otros tantos quesos Japoneses, saben a todo menos a queso... o a nada.
Los días que nos dan antojos Colombianos siempre terminan chuecos.
No les había contado lo que me pasó con los fríjoles, pero lo haré.
El día que compramos harina de maiz para arepas, me antojé de fríjoles, acá no se consiguen pero en una tienda de comida occidental encontré unos enlatados.
Eran costosos pero aún así los compré.
Cuando iba a comérmelos me di cuenta que no tenía abre latas... había esperado toda la semana para comérmelos de almuerzo un domingo, y no tenía con qué abrirlos.
Recurrí al viejo truco del cuchillo. Cuando llevaba un poco menos de la mitad de la lata abierta miré el cuchito y se había partido! el filo se había partido en pedacitos y eso fue lo peor. Lo peor es que los pedacitos de cuchillo cayeron dentro de mi lata de fríjoles!!!! Ni siquiera pude probarlos, tuve que botarlos a la basura.
ay ay ay, que historia tan triste jijijiji no quería recordarla.
Así fue el comienzo de una nueva semana en Japón, comiendo queso sin sabor.
No sabía a nada! a nada!
A los pocos minutos recibí un mensaje al celular, era María preguntándome si me había gustado el queso, que no le sabía a nada! jijijijij
Así es, compramos un queso y como los otros tantos quesos Japoneses, saben a todo menos a queso... o a nada.
Los días que nos dan antojos Colombianos siempre terminan chuecos.
No les había contado lo que me pasó con los fríjoles, pero lo haré.
El día que compramos harina de maiz para arepas, me antojé de fríjoles, acá no se consiguen pero en una tienda de comida occidental encontré unos enlatados.
Eran costosos pero aún así los compré.
Cuando iba a comérmelos me di cuenta que no tenía abre latas... había esperado toda la semana para comérmelos de almuerzo un domingo, y no tenía con qué abrirlos.
Recurrí al viejo truco del cuchillo. Cuando llevaba un poco menos de la mitad de la lata abierta miré el cuchito y se había partido! el filo se había partido en pedacitos y eso fue lo peor. Lo peor es que los pedacitos de cuchillo cayeron dentro de mi lata de fríjoles!!!! Ni siquiera pude probarlos, tuve que botarlos a la basura.
ay ay ay, que historia tan triste jijijiji no quería recordarla.
Así fue el comienzo de una nueva semana en Japón, comiendo queso sin sabor.
Jajajaja esas historias de Hiadis... ke triste lo de los "frisoles"... ke dolor, bien caros y con pedazos de cuchillo ahi dentro!
ResponderBorrarVerdad es tan duro conseguir queso por alla? ka pais tan raro! claro ke por lo de las vacas tienes razon, pero igual, no hay granjas ke cultivan vegetales? no hay leche? por ke no hay espacio para producir quesos?